El Síndrome Post-Aborto
Por: Pilar Gutiérrez Vallejo
La segunda víctima
del aborto es la mujer. Las millones de mujeres que han
caído en la trampa del aborto. Sólo en España
son más de 800.000 las mujeres que han abortado
desde que se despenalizó el aborto en 1985, y casi
todas ellas -por no decir todas-, tarde o temprano - están
sufriendo o sufrirán lo que se conoce ya como "Síndrome
Post-aborto". Así lo reconoce la organización
abortista más importante del mundo: la Federación
Internacional de Planificación Familiar. En su
Plan Trienal y Programa de Objetivos a Largo Plazo 1990-1993
afirma que: "la incidencia del trauma post-aborto
para clientas de abortos quirúrgicos puede llegar
a alcanzar hasta el 91% de los casos."
El Síndrome Post-aborto toma
su nombre del Síndrome Post-Vietnam, porque fue
en los años de esa terrible guerra cuando se legalizó el aborto el EE.UU.
Como no había ya bastantes guerras en el mundo,
quisieron declarar la peor de todas, la de los poderosos
contra los más débiles, la de los nacidos
contra los no nacidos, la de la madre contra su hijo,
la de un médico contra su paciente, la de un Estado
contra su pueblo... la guerra de las guerras.
Pero al igual que los soldados que
volvían de Vietnam traían esa guerra en
sus entrañas para atormentarles el resto de sus
vidas, así las mujeres que abortaban empezaron
a sufrir los mismos síntomas que esos soldados,
la misma angustia, la misma desesperación, la misma
culpa: pesadillas, insomnio, alcoholismo, agresividad
o depresión, psicosis... y suicidio.
Siete veces más suicidio entre
mujeres que habían abortado descubrió el
Gobierno de Finlandia en un estudio de 1997 sobre una
muestra de 9.129 mujeres tomada de la base de datos nacional...
un estudio impecable y estremecedor. Además de
la altísima tasa de suicidios, descubrieron que
en el año siguiente al aborto, esas mujeres sufrieron
60 veces más muertes por causas naturales (enfermedad)
que las que habían dado a luz, 4 veces más
muertes por accidentes y 14 veces más muertes por
homicidios.
Pero en las mujeres, este Síndrome
que estremeció al mundo en los rostros y las historias
de esos pobres soldados, es mucho más grave aún,
porque es oculto, es secreto, es reprimido, es ignorado
y es tabú.
A los ojos del mundo, no les pasa
nada porque el aborto es "legal", y por definición,
lo que es legal debe ser bueno, y lo que es bueno no puede
hacer mal. Ergo, a las mujeres que abortan no les puede
pasar nada, y si les pasa es su problema, es que, además,
son idiotas o están desequilibradas... pero no
por el aborto, claro.
La sociedad no puede admitir que una
mujer esté atormentada por algo que la sociedad
misma le ha procurado, no puede reconocer que le ha dado
veneno para beber y que por eso se está quemando
por dentro.
Y todos miran para otro lado mientras
que las mujeres se vuelven locas: 64% de ellas ingresaron
en hospitales psiquiátricos tras su aborto, según
un estudio de la Universidad de Baltimore, USA, en 1984;
"el 59% sufren trastornos psiquiátricos graves
y permanentes tras el aborto" según la Real
Academia de Obstetricia de Inglaterra... etc. etc. etc.
Cientos de estudios de muchos países
abortistas como Estados Unidos, Canadá, Francia,
Inglaterra, Suiza, Australia, Dinamarca y Finlandia han
llevado este Síndrome a los manuales Psicología
y Psiquiatría de numerosas universidades.
Y a muchas páginas web como
la de www.afterabortion.org, de los especialistas en el
tema en Estados Unidos, el Instituto Elliot. Pero casi
toda la información está en inglés
y, salvo www.vidahumana.org que tiene un capítulo
sobre el Síndrome Post-aborto, los estudios sólo
estaban disponibles para angloparlantes.
Desde hace dos meses ya hay una página
especializada en español sobre el Síndrome
Post-aborto y demás secuelas psicosomáticas.
Es www.nomassilencio.com.
Digo "demás secuelas psicosomáticas"
porque otra de las graves secuelas del aborto que se está
descubriendo en estos últimos años es el
cáncer de mama.
Junto con el gran aumento de los cánceres
del aparato reproductivo de la mujer, el cáncer
de mama ha sufrido un aumento espectacular en los últimos
20 años en todos los países donde se ha
generalizado el aborto. Y no en mujeres en edad de la
menopausia, como solía ser, sino en mujeres cada
vez más jóvenes.
Según un estudio de una doctora
pro-abortista, Janet Daling, en 1994 publicado en el Journal
of the National Cancer Institute en los casos en que había
antecedentes familiares y la mujer abortaba después
de los 30 años, el riesgo aumentaba un 270%.
Pero más aún, cuando
la mujeres abortaba a su primer hijo antes de los 18 años
y tenían antecedentes familiares de cáncer,
el riesgo relativo llegaba ¡al infinito! De las
12 mujeres de su muestra con este perfil, el 100% desarrollaron
cáncer de mama antes de los 45 años.
Y en las mujeres sin antecedentes
familiares, el aumento del riesgo era de un 150%. En mujeres
que ya habían llevado un embarazo a término,
el riesgo de cáncer de mama en las que abortaron
era de un 50% más; entre ellas, las jóvenes
menores de 18 años y mayores de 29 con aborto provocado
aumentaron el riesgo más de un 100%.
¡Y los médicos siguen
diciendo que el 50% de los factores de riesgo del cáncer
de mama son desconocidos!
Así lo oí con mis propios
oídos en una Jornadas Municipales sobre Prevención
del Cáncer de Mama celebradas en Madrid en el año
2001. Y ¡se quedan tan anchos! Cuando desde 1953
hay estudios como el del Dr. Segui en Japón sobre
una población de 3.000 mujeres que descubrió
un 160% de aumento del riesgo en las que habían
abortado voluntariamente.
Actualmente hay más de 38 estudios
epidemiológicos internacionales, de los cuales
29 muestran una correlación positiva y significativa
entre aborto y cáncer de mama. De ellos, 5 estudios
indican el doble de riesgo… o más. No hay
más que ver las estadísticas y los años
en que se ha producido el aumento de casos: pocos años
después de la legalización del aborto en
cada país.
Volviendo al Síndrome Post-aborto
y sin extenderme mucho sobre lo que pueden ver mejor en
la misma página web de www.nomassilencio.com, sólo
dar algunos rasgos más de lo que está socavando
nuestra sociedad sin que nadie se dé cuenta.
La Asociación Norteamericana
de Psiquiatría, a principios de los años
80, identificaba la depresión, la hostilidad, el
desinterés y aislamiento, las imágenes recurrentes,
el insomnio y pesadillas, y la incapacidad de expresar
sentimientos como secuelas psicológicas del aborto.
Otros estudios posteriores muestran
un alto índice de intentos suicidas, de alcoholismo,
bulimia y anorexia, frigidez y disfunciones sexuales,
ruptura de relaciones de pareja (un 70%), de maltrato
doméstico y autolesiones, de incapacidad de concentración,
agotamiento y nerviosismo, crisis histéricas y
agresividad.
En España, el único
estudio existente es el informe de 1993 de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría titulado "Mujer
y salud mental" que señalaba como rasgos de
las mujeres que abortan más de una vez la inmadurez,
la inestabilidad emocional, la sexualidad pasiva y dependiente,
la aversión a los métodos anticonceptivos,
los problemas de pareja, conflictos con los padres, mala
auto imagen, vivencias negativas o traumáticas,
y tendencia y rasgos de personalidad patológica:
esquizofrenia, paranoia y psicopatía.
Confrontando los datos oficiales,
un 25% de las mujeres que abortan cada año ya han
abortado previamente.
Parece, pues, evidente la necesidad
de investigar más a fondo la existencia y características
de este cuadro clínico en España, dado que,
por sus síntomas, podría constituir una
variable oculta subyacente al aumento espectacular de
trastornos como la anorexia y la bulimia, el abuso juvenil
de alcohol y drogas, los malos tratos en el hogar, así
como las depresiones y suicidios juveniles y los brotes
psicóticos.
Concretamente, se observa un alarmante
aumento de los malos tratos en países con altos
índices de aborto, que en Estados Unidos ha sido
contabilizado en un 500% de aumento en los años
desde que se legalizó el aborto.
También es evidente la cultura
del "botellón" y las drogas de diseño,
que ha llegado a ser un grave problema social.
Por ello, un grupo de psiquiatras
y psicólogos hemos iniciado una investigación
sobre la incidencia de este Síndrome Post-aborto
en España, que figura también en la página
web www.nomassilencio.com, junto con el cuestionario para
colaborar en la investigación.
También ofrecemos a las mujeres
que han abortado, la ayuda especializada que les permita
renacer de sus cenizas y no volver a caer en el mismo
error.
Toda la sociedad somos responsables,
por activa o por pasiva, de mantener abierta una trampa
mortal para mujeres angustiadas y sus hijos inocentes.
Por ello debemos, al menos, rescatar
a las que han caído en ella y así evitar
que otras caigan también.
Pues las mejores defensoras de la
vida son las que han pasado por la muerte espiritual que
supone el aborto. Así está ocurriendo en
países como Estados Unidos, donde son miles las
mujeres de la Plataforma No Más Silencio que piden
la derogación de la Ley del aborto para que nadie
más caiga donde ellas cayeron.
Pedimos, pues colaboración
a toda la sociedad para poder llegar a tantas mujeres
que sólo quieren olvidar lo inolvidable, pero que
no podrán hacerlo hasta que identifiquen la raíz
de su mal.
Los interesados en colaborar pueden
bajarse el cuestionario y pasarlo a mujeres que hayan
abortado voluntariamente, tanto en su versión completa
como en su versión reducida: datos personales,
clínicos y psicológicos, y remitirlo posteriormente
a la dirección indicada en la página web.
Son encuestas anónimas, que
por tanto pueden ser rellenadas por otra persona que conozca
bien el caso, especificándolo así. Según
un estudio piloto realizado por la Asociación Unidos
por la Vida en el año 2001, el 62% de los 202 entrevistados
conocía a alguna mujer que había abortado,
y el 72% de ellas habían necesitado tratamiento
psicológico.
Por desgracia, todos conocemos a alguna
mujer que ha abortado y podemos constatar la veracidad
de estos datos.
Esta información sobre el Síndrome
Post-aborto y la página web de www.nomassilencio.com
ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del
Colegio de Médicos de Madrid del mes de octubre
(Cartas Galenas) y en el diario español La Razón
de 5 de noviembre de 2003. Asimismo se está poniendo
en conocimiento de las autoridades españolas competentes,
pero necesitamos la colaboración de los lectores
para difundirlo en su propio ámbito y conseguir
así romper el mayor muro de silencio que jamás
haya existido.
Porque al ser el pecado más
grande, es a la vez el más oculto, y por ser oculto,
el más difícil de sanar. Hay que sacarlo
a la luz para poderlo curar, y hace falta la ayuda de
todos.
Una buena manera de colaborar es enviar
esta información a la sección de "Cartas
al director" de los diarios de su zona, así
como a los Boletines de los Colegios de Médicos
y Psicólogos locales por parte de colegiados de
los mismos.
Estamos convencidos de que el conocimiento
de las secuelas del aborto puede cambiar la marea negra
del aborto en el mundo, como ya la está cambiando
en los Estados Unidos.
Los veteranos luchadores por el derecho
a la vida de ese país han comprobado cómo
es el miedo al Síndrome lo que está haciendo
bajar cada año las cifras de aborto en EE.UU.
Por desgracia, lo que no consigue
el amor lo consigue el temor, pero al fin, se trata de
conseguirlo: acabar con el monstruo del aborto. Además,
creemos que es un derecho de toda persona saber los riesgos
a los que se expone al realizar una acción, especialmente
cuando estos riesgos son ya conocidos y comprobados.
Así, es un derecho de la mujer
saber a lo que se expone cuando aborta, como lo están
legislando varios Estados norteamericanos en leyes de
"Consentimiento Informado" que obligan a las
clínicas abortistas y hospitales a dar a la mujer
un formulario informativo para firmar antes de su aborto.
Si el tabaco ha levantado tamaña
polémica y sus riesgos se anuncian a bombo y platillo,
¿cómo no exigir lo mismo para algo infinitamente
peor como es el aborto?
Si el Estado permite el crimen del
aborto, tiene, al menos, la obligación de informar
a sus ciudadanos sobre los graves riesgos que entraña,
tanto para la mujer como para toda la sociedad. Procuremos
todos que así sea..
Pilar Gutiérrez Vallejo
Fuente:
http://www.arbil.org/